sábado, 7 de julio de 2018

Capitulo 2



                                 CONOCIENDONOS

Comencé a frecuentar aquel árbol tan frondoso y espléndido, el sentarme a su sombra y ver sus ramas bambolearse a la disposición del viento me daba la suficiente tranquilidad para dibujar aquellas ideas que  revoloteaban en mi mente durante las clases, pronto cada página de mi libreta se llenó de sus retratos, era raro cuando en mi lienzo plasmaba algo totalmente ajeno a su figura pues no siempre podía estar en aquel lugar que me despertaba inspiración para pintarla. Al principio solo iba a la hora del descanso, por lo tanto no daba tiempo ni de que recorriera  toda la escuela solo sabía el camino a  mis clases, la biblioteca, y la piscina (solo por verla a ella) por lo que optaba por la cafetería pero no a comer precisamente solo para ocupar la mesa, hacer tareas y dibujar.

 La cafetería siempre estaba muy llena a todas horas, sin embargo me gustaba ir ahí porque a la vez me sentía menos solo pero tal vez fuera porque estaba  condicionado a estar ahí por alguna cosa psicológica (como decía mi madre), pero eso no quitaba que me sintiera así tan impotente de no poder estar el tiempo que yo requería para comenzar a dibujar o por lo menos así fue la primera semana que llegue a aquella escuela pues ya todos conocían más que bien las instalaciones y navegaban entre los pasillos de forma natural (ya hasta mi chica sabia moverse muy bien en la escuela) ¨ mi chica¨ ja! Todo estaba bien mientras no supiera jejeje.  Tal vez por eso es que ya todos a pesar de estar en el punto contrario de la escuela llegaban sin problemas minutos antes de que el profesor de turno comenzara con su respectiva clase, (¿será acaso que los pasillos se restructuran a cierta hora y así llegan tan rápido?) cada vez que veía eso no podía evitar que mi mente divagara (algo natural en mi o eso decían los que me llegaban a conocer un poco.) y que conste que poca gente me conocía realmente.

Así fueron las primeras dos semanas de ir y venir entre pasillos siempre usando una ruta nueva tal vez me perdiera y llegara más tarde a las clases pero era beneficioso conocer la escuela por lo cual pinte el mapa de colores  (pero todo mi esfuerzo no tuvo frutos ya que los edificios no estaban precisamente pintados, así que idee algo mejor: numérico. Y así los enumere también en mi imaginación y solo así pude lograr llegar temprano. (Esto fue después de dos semanas) por lo que de todas formas tuve que optar por los demás días pasar a la biblioteca, era un lugar muy hermoso, el estar rodeado de tantos libros me recordó lo inmerso que había estado últimamente en mi arte, dejando de lado también mi amor por la lectura, me acerque con mochila en mano  donde estaba la encargada una señora de larga nariz, cuerpo de plumero y cabello escobatado a simple vista desagradable y ya mejor no hablemos de su actitud prepotente y menos de su fina voz de ¨guajolote¨, con la cual me dijo en un tono amable (nótese el sarcasmo)
-bibliotecaria: ¿a qué vienes joven?
Carlos: sarcásticamente pensé (pues a vender dulces obvio no,  vengo a leer) esto solo lo pensé en mi mente.  A dejar mi mochila para entrar a la biblioteca, fue lo que salió de mi boca.
Bibliotecaria: no joven aquí no es, aquí es donde llevamos el registro de la entrada y salida de los ejemplares a  disposición de los alumnos o las donaciones que dan, donde tienes que ir es a la ventanilla que está en aquella esquina.
Carlos: (¡ash lo que me faltaba!, no podía decirme eso desde el principio) está bien…*suspiro*
(*Camino arrastrando los pies*) hola buenas tardes  aquí puedo dejar mi mochila para poder pasar a la biblioteca? (ya lo dije sin ánimos después del sermonsote de la señora de antes).
Chica de la paquetería: si dame tu mochila para ponerla y darte tu ficha, no se te olvide que al terminar tienes que regresar por tu mochila.
Carlos: (pues obvio no vaya hacer que se queden con mis cosas) si, gracias dije en voz baja.
Ya que estaba todo listo me dirigí directo a los estantes y entre secciones buscaba algún libro que despertara mi interés ya teniendo en mi haber tres ejemplares de distintos géneros me dirigí de nuevo con la señora de la voz de guajolote  a que me diera la validación de sacar esos libros solo para que de igual forma me dijera que tenía que tener la credencial de la escuela la cual no poseía y no por haberla  perdido ni nada por el estilo solo por que como llevaba poco tiempo en la escuela todavía no me la daban y tampoco es como si la pidieran en la entrada ni nada, así que simplemente no  la exigí. Tuve que dejar los libros que había escogido, me retire triste después  de mi primera visita a la biblioteca escolar.
De pronto me paralice, no podía ni caminar…ella…ella estaba ahí a la entrada de la biblioteca (oh my good!), no creí que pudiera verla y así sin más con su acostumbrado desparpajo se acercó hacia mí y me pregunto: te gusta leer? Y yo tartamudee algo así como:…este esté sí.
Chica: qué bien! A mi también. Te he visto murmurar matemáticas dentro y fuera de clase en verdad te gustan mucho
Carlos: ammm  si siii, como te llamas?
Chica: Roció Villaseñor. Al principio pensé q eras un zombie hablando por los pasillos jajajaja (es broma.)
Esta chica sí que era curiosa no me conocía y ya me bromeaba, yo solo la escuchaba porque su voz me arrobaba además ni sabría que decirle, (la plática es algo que tampoco se me da.)
Así que solo murmure entre dientes: nos vemos al rato… y Salí huyendo literalmente de ahí.

(Habla la chica)
Oh chisme chisme… hoy lo vi en la biblioteca y le hable (porque obvio si no el jamás me iba a hablar primero), jaja fue hermoso oír su tímida voz y eso me gusto aún más (creo que eso tenía su propio atractivo) solo le pude decir mi nombre porque se puso súper colorado y salió casi literalmente corriendo de ahí. Después de que él se integró a nuestro grupo no sabía cómo continuar una conversación con él a pesar de jactarme de ser una chica con miles de temas de conversación y tener la facilidad de hacer amigos, algo en el me hacía replantearme siempre la forma de como acercarme de forma natural sin que se sienta atacado o solo eran mis nervios? algo raro en mí ya que siempre era muy segura de mis objetivos, con el tenia que planear toda una estrategia aunque a decir verdad yo planeaba mucho y pasaba poco jajajaj porque el corría apenas empezaba la plática así que  decidí que las cosas siguieran su rumbo natural.
Este chico me encanta y solo sé que debe de ser mío y solo mío…..como se sentirán sus besos?, como se sentirá que me abrase?, me encantaría caminar de la mano con él por el patio de la escuela y sentarnos debajo de ese frondoso árbol q se ve al final del patio donde él se sienta y ver qué es lo que piensa o en quien piensa.
Un día como cualquier otro en clase de cálculo integral (como saben su clase favorita) estaba atorada con una de las tantas operaciones que se tenían que hacer para resolver la ecuación (al día de hoy no se a quien se le ocurrió mezclar los números y las letras solo espero que donde quiera que estén reciban todo el odio que siento en estos momentos) fue entonces que se me ocurrió pedirle ayuda a Carlos (total él era el cerebrito del salón) así que me levante del pupitre en dirección hacia su lugar pues se sentaba a la misma altura que yo pero en la segunda fila más cercana a la puerta.
Roció: hola, disculpa la molestia pero es que no entiendo nada, me podrías explicar cómo se hace?
Carlos:*traga saliva* (no puede ser, me está hablando) a si c-l-a-r-o *tartamudeaba*
Apenas intercambiamos palabras pues se veía muy incómodo con la situación, tomo su lápiz y me comenzó a explicar sin levantar la mirada de la libreta, veía como aparecían operaciones tras operaciones, mezcla de número y letras que más que aclararme algo me dejaban aún más confusa en cuanto a lo que decía de  despejar un valor o elevarlo me venía la pregunta de (¿A dónde? Si ya estamos en el segundo piso) aun así asentí a todo lo que me dijo y haciendo como que le había entendido todo, volví a mi lugar derrotada pues no había sido como imagine pero aun no me iba rendir tan fácil.
Al salir del salón espere casi a que el saliera también y le dije: Carlos, Carlos  espérame la verdad es que aún no me quedan claro las cosas podrías explicarme las mates debajo del árbol frondoso en el patio de la escuela y si quieres yo te explico un poco de biología porque te veo perdido entre la fauna, la flora y el reino animal, además puedo llevar a mis amigos y presentártelos. El volteo y me sonrió (vaya! Después todo sabía hacerlo, creo q paso por sus ojos un dejo de ternura), y me dijo ok está bien te veo a las 5 ahí donde dijiste y empezó a caminar tan rápido como pudo.