domingo, 15 de julio de 2018

Capitulo 3


              El Comienzo De Mi Aventura

Ya que la había perdido de vista tome un poco de aire mientras me venía a la mente (a las 5 en serio?, si nosotros tenemos el turno de la mañana) me decía mientras seguía con mi paso para dirigirme hacia mi casa, la cual no estaba precisamente a la vuelta de la esquina por lo que me fui a la parada del camión, lo bueno de salir a esa hora es que el trafico estaba muy ligero y el transporte casi vacío lo cual era muy conveniente para mí porque no me gustaba para nada tratar con la gente llagaba hasta el punto de siempre cargar el pasaje justo para no hablar con el chofer y sentarme hasta atrás para solo tener que tocar el botón para bajar, sin sentarme en las orilla para no pedir permiso a ese grado llegaba yo. Ya sé que soy un exagerado pero de verdad me incomodaba mucho.


 Llegue a mi casa después de una hora de viaje y la primera situación que me encontré fue a mi madre hablando con mi hermano mayor el cual ya se había mudado desde hace tiempo pero de vez en cuando venía de visita a aportar algo de dinero y por qué no decir que a molestarme de esa forma en la que solo un hermano sabe hacerlo, pero a pesar de todo eso yo lo quería y admiraba mucho, decidí no molestarlos y pasar directamente a la cocina a preparar cualquier cosa que pudiera calmar mi hambre por que no acostumbraba a comer en la escuela otra vez por un trauma relacionado, pero si tratáramos cada uno de ellos nunca acabaríamos, tomando mi mochila me dirigí hacia a mi habitación encendí la laptop y tomando cualquier cosa que me sirviera de apoyo para ponerla sobre mis piernas, pronto la poca luz que entraba por mi ventana fue disminuyendo, pues ya pasaban de las 6 de la tarde, no podía creer que tan rápido ya hubieran pasado tres horas, hasta pareciera que hace apenas unos momentos había llegado de la escuela, decidí bajar a ver si seguían tan entretenidos con su conversación o al menos ese era el plan pues la verdad apenas deje la computadora el sueño me venció y así justo apenas dieron las 7 de la noche caí rendido, fue una noche tranquila de aquellas donde ni los grillos cantan porque están igual de inmersos en su sueño como yo.

 Pero llego el momento que para mí es el más difícil de todos, la hora de levantarme pues siempre había tenido el turno de la tarde y de repente cambiar a la mañana me dejaba más exhausto de lo normal (¿Quién en su sano juicio se levanta a las 4 de la mañana?) me preguntaba mientras me quitaba las lagañas y entre turnos abría cada uno de los ojos para acostumbrarme a la luz que para mí vista después de acabarme de levantar era como si la lámpara de mi habitación alumbrara con la intensidad de las luces que usan en un estudio fotográfico, aun así me dirigí hacia el baño para darme una ducha a ver si eso ayudaba a que espabilara (¿Qué significaba eso?, la verdad no sé pero de tanto que lo usaba mi madre se me pego) apenas había abierto la llave de la regadera y ya estaba despierto pues el agua que cayó de esta estaba más helada que el corazón de la bibliotecaria que no me dejo sacar los libros apenas el día anterior (esa desalmada) no sé qué pasaba en esta casa pero siempre me pasaba lo mismo o el agua salía tan fría que bien podrían andar pingüinos en mi baño o tan caliente que el vapor podría ahogar a alguien. Pero en fin después de la santa helada que me di, salí entre brinquitos del baño acercándome a mi armario para sacar el uniforme, (cuando lo veía daba gracias de que  por lo menos no fuera de una  combinación de colores que nada que ver por qué el anterior no me gustaba para nada).

pero no duro mucho mi pensamiento ya que fui devuelto a la realidad por el claxon del auto de mi padre que ya estaba desesperado (si tanta prisa tenia pues que se levantara más temprano) tome mi mochila y fui directo a donde estaba mi padre, el trayecto como siempre unas cuantas palabras por parte de ambos nunca supe por qué pero no lograba entablar una conversación con él, no era como mi madre o mi hermano solo había algo distinto, por fortuna antes de que el silencio se tornara más incómodo de lo que acostumbraba llegamos (nunca me había alegrado tanto el llegar a la escuela, bueno solo en el kínder el primer día pero por que no sabía en lo que me metía jajaja) y así tan pronto baje del auto mi padre salió raudo al trabajo (que cariñoso es) pero en fin ya me dirigí a la puerta cuando me paralice pues ahí estaba ella tan radiante como siempre, tan llena de vida ni pareciera que ella también viniera por la mañana (me imaginaba que entre pajarillos y otros animalitos la despertaban cada mañana entre sonares hermosos de melodías que solo los oídos privilegiados podían escuchar) me tenía embobado ese pensamiento hasta que abruptamente fui devuelto a la realidad por la voz que me llamaba.

Roció:- ¡Carlos buenos días!, ¿si me estas escuchando?
Carlos: bu-bu-buenos días.
Roció:- hasta que me haces caso, yo ya te daba por perdido en el espacio exterior *jejeje* es una broma, ¿acaso sigues dormido?
Carlos: no es eso, solo me agarraste distraído
Roció: si de eso me di cuenta, ayer me dejaste plantada eh
Carlos: es que yo me equivoque ayer y no era esa la hora que quería decir *reí tímidamente *
Roció: si ya decía yo que era muy extraño que te quedaras tan tarde en la escuela porque no estás en ningún club ni nada.
Carlos: si, perdón por eso
Roció: pero hoy no te me escapas
Retrocedí un poco por lo animada que estaba, nunca había conocido nadie así, siempre con una respuesta, tan segura y expresiva que con solo ver su sonrisa te contagiaba de ese ánimo que la invadía, hasta a mí de esa forma tan particular que tenia de abordarme para hablar me atrapo pues sin darme cuenta comencé a seguirle la plática.
Roció: ¿Carlos me estas ignorando otra vez?
Carlos: ah no, disculpa es que me perdí, que me decías?
Roció: bueno te decía que estas dos primeras horas no vamos a tener clases así que podemos platicar bajo el árbol donde siempre te sientas
Carlos: si me parece bien
Roció: Entonces está decidido, vámonos pues.
Quien me iba a decir que aquella conversación que tuvimos seria el comienzo de una amistad obviamente nuestros compañeros no, porque cuando nos veían juntos se quedaban extrañados y no los culpaba la verdad.



Habla la chica
Apenas había pasado un par de meses desde que Carlos y yo nos habíamos hecho amigos pero pareciera que teníamos más tiempo después de lo recurrente que se había vuelto en mí día a día que ya no lograba imaginarme una situación tan típica como eran las clases diarias sin que él estuviera presente, además del tiempo que compartíamos juntos en el descanso bajo el árbol o en la biblioteca compartiendo nuestros gustos literarios hacían que nuestros lazos se fortalecieran. Aunque me gustaba su compañía, me preocupaba que solo me tuviera a mí de amiga y no se relacionara con nadie más por lo que le pedí que se uniera algún club de preferencia al de natación para lo que me contesto con voz de locutor ¨soy como la bruja de oz, el agua me derrite¨ solo para después hacer caso omiso de mi sugerencia y terminando yendo con los mateatletas (encajó como pez en el agua) no era lo que esperaba, pero estaba satisfecha de que por lo menos se integrara a un grupo, lo que no me parecía del todo era el ir a verlo en sus competiciones no duraban mucho, pero a mí se me iba la vida en cada una, pero era lo justo pues el también a pesar de su timidez desde las gradas hacia un esfuerzo por animarme a dar lo mejor de mí. Todo parecía ir viento en popa pero como en todo tiene que llegar un momento de desacuerdo por lo que sea tener opiniones diferentes, un mal entendido provocado por habladas de terceros (esas nunca pueden faltar) dudas, celos hay tantos motivos que provocan una pelea y ese día ocurrió apenas terminando la clase de cálculo íbamos hacia el árbol como era costumbre  y yo estaba más pensativa de lo normal pues no encontraba las palabras para decirle que él me gustaba (¿que pensara de mí? Creerá que soy muy atrevida si se lo digo yo? o que lo presiono demasiado) un sinfín de ideas pasaban por mi mente y entonces se me ocurrió la táctica más vieja del planeta: darle celos y sin más salió de mis labios .
Roció: oye Carlos tengo algo que decirte
Carlos: si dime Rox
Rox hay que bonito suena cuando me dice así, todavía recuerdo el día que me pregunto cómo me gustaba que me dijeran, algo muy impropio de el por lo serio que era, tomándome un tiempo para pensar en todas las formas que me llegan llamar, viniendo a mi mente algunos como Roci y Chio siendo el ultimo el que la mayoría de las personas me decían y era más de mi agrado pero quería que fuera algo que solo él me dijera y de mi salió Rox y así se quedó.
Rocio: bueno quería saber tu opinión ya que tú eres mi mejor amigo pues quería decirte que me gusta un chico, de mi clase de natación.
Carlos : (desilucionado y molesto) ah! Mira que bien…
/silencio incomodo/
Carlos : (intentado safarce de ahí) bueno… te dejo tengo que ir a practicar con los mateatletas vale nos veremos después…
Rocío: oye Carlos no es cierto sabes bien que yo siempre voy contigo a las practicas, dime ¿qué tienes?
Carlos: nada, ya te dije, solo que hoy cambiaron la práctica y se me olvido avisarte
Rocío: bueno entonces vamos juntos
Carlos: no, hoy voy a ir solo ya que te aburres mucho
Rocío: y desde cuando eso importa, ya dime que es lo que tienes no te pongas en ese plan
Carlos: ya te dije que no tengo nada, lo que pasa es que tú nunca me entiendes siempre se tiene que hacer las cosas como quieres
Rocío: ¿que yo no te entiendo? Por favor si tú me entendieras a mí no te pondrías así por un comentario de nada
Carlos: ya mejor me voy, no quiero discutir
Rocío: bien vete
Me encontraba furica por su actitud, bien podía matara a quien se me pusiera enfrente en ese momento, quería irme a mi casa temprano pero tenía clases muy importantes, llegue al salón me senté donde siempre, mientras que Carlos se fue al lado puesto del aula (que infantil) y así fue todo el santo día de estar evitándome y viéndome de reojo (cree que no me doy cuenta, pero que le cuesta admitir su error) al final de ese día que se me había hecho eterno por fin entre a las practicas necesitaba entrar al agua para quitarme de la mente todo eso que pensaba el cansancio mental que me había dado el tratar esa parte de él.

 Al llegar a mi casa no quería pensar en nada solo quería quitarme el uniforme y por primera vez en años me fui a dormir temprano, serian como las 8 de la noche, la luna estaba en su plenitud, tan reluciente y el brillo era tan intenso que aun con las cortinas puestas la luz iluminaba la habitación llevándome a un sueño cada vez más profundo. Y antes de quedarme dormida pensaba en como los hombres y las mujeres teníamos pensamientos tan distintos y desee muy dentro de mí que Carlos se diera cuenta que era el; el chico que  me gustaba y que  se diera cuenta todo lo que pasamos para que ellos sean los que den el primer paso, él tenía dos papas que vivian bastante bien, era serio y así no tenía que darle explicaciones a nadie de su vida, las matemáticas se le daban de manera que solo las pensaba y sabia la respuesta ,su vida era muy fácil en cambio la mía…. Bueno sin palabras y desee en ese momento que ojala tuviera yo su vida y el la mía.

En la mañana del día siguiente me levante optimista mire la cama (si porque ya casi me tocaba mi periodo y no había nada ahí) me alegre, me estire perezosa y corrí a la ducha pero antes pase al baño y entre a verme al espejo y al levantar la cara:  wow, wow!  Di un grito enorme yo no era yo! solo veía la figura de Carlos delante mío y me asuste muchísimo. Si, era mi mente mas no mi cuerpo y entonces baje a mirar debajo de… de ustedes ya saben! Y horror! Que era esa cosa que tenía entre las piernas, mi mamá se asustó mucho y toco la puerta del baño me dijo: Chio estas bien? y yo conteste lo más rápido que pude modificando la voz: si mamá estoy bien.
 Estaba aterrada, y la semana que entra ya era mi campeonato de natación y yo modestia aparte era la estrella del equipo contaban conmigo ¿cómo le haría? Carlos no sabía nadar! Y entonces me pregunte si a Carlos le estaría pasando lo mismo?, así que me duche lo más rápido que pude mis pantis me molestaban cómo es posible que los chicos caminen?  Mi mama me vio salir súper rápido y me decía: Chio el desayuno está listo. Solo respondí: no tengo hambre esta mañana mamá. Y seguí corriendo con el corazón que se me desbocaba del pecho.